Santiago Maldonado

SANTIAGO MALDONADO

Ojala me equivoque, ojala Santiago este en Chile, ojala este haciendo un tatuaje o escondiéndose por ser solidario en una sociedad individualista. Ojala esta sensación de vació sea solo una mentira inculcada por los medios. Por primera vez, quiero creer en esos políticos en relación de dependencia que tanto detesto.

Ojala aquellos que hoy tejen teorías que bien podrían ser una saga de cuentos infantiles, no tengan que soportar el odio y puedan mirar a sus hijos a los ojos cuando les hablen de injusticias.
Ojala nunca deban juzgar a nadie de su familia, por como se viste, por lo que piensa, por lo que desde pantallas se muestra. Justificando la desaparición, la muerte y hasta la violación. 
Si bien, mi intención no es comparar figuras encuentro la repulsiva similitud que los mismos que juzgan y defenestran a Maldonado, tienen la vocación de hacerlo ante los homicidios. Curiosamente no caen en la misma bajeza, cuando la victima es alguien de un nivel social alto, que cuenta con cierto glamour y hasta protección.

Conocemos a Santiago Maldonado, pero bien podría llevar el nombre que se les ocurra, tenemos mas de 30.000 alternativas y podemos sumarle los millones de nombres de los originarios asesinados en manos del estado. Podríamos ponerle el nombre del pibe que por su aspecto debe mostrar el DNI en un operativo sorpresa en un colectivo. El de un trabajador despedido que reclama. El de una piba que realiza una denuncia en alguna comisaria de la mujer.
El de cualquier ser humano que hoy se levanta a comenzar su rutina diaria.

No hablamos de la década del 70, hablamos del hoy, a pesar de esa extraña relación casi carnal entre estado y represión, a pesar del "algo habrán hecho" que se instala con fuerza en cada comentario de café, red social o salón de peluquería.

No logro comprender que es mas grave, cual sera la condena que el tiempo nos dejara como consecuencia, si la sangre derramada o la complicidad pasiva y sumisa de la sociedad.

Hoy es Santiago, mañana seremos todos.

#Respeto 
#Verdad 
#Justicia